El
médico por lo general le hará una evaluación de la salud mental para
diagnosticar si está o no deprimido. Asimismo hará un examen físico, exámenes
de sangre para descartar deficiencias de nutrientes o alguna condición u enfermedad.
Al
igual que cualquier depresión, ésta se trata con medicamento, asesoría
psicológica, terapia, o una combinación. Generalmente el tratamiento funciona y
puede disminuir otros problemas de salud. Como todo medicamento, puede tener
efectos secundarios como diarrea, dolores de cabeza, sequedad de boca, pérdida
de apetito, etc. Algunos antidepresivos
pueden tardar más tiempo en empezar a trabajar y en los adultos mayores puede
requerir consumirlo por más tiempo.
Si
los adultos mantienen una actitud saludable estarán conscientes de cómo están
cambiando a medida que envejecen. Recuerde que el envejecimiento es una parte
natural de la vida. Si usted cuida su salud, tiene una actitud positiva, hace
ejercicio, sabe como lidiar con el estrés, podrá tener una mejor calidad de
vida y menor riesgo a enfermedades. Varios estudios han demostrado que el
ejercicio disminuye el riesgo de depresión y reduce también el riesgo de
recaídas.
Su
salud mental y emocional también son importantes. Manténgase en contacto con
amigos, familia y comunidad. Si usted permanece cerca de los demás, es más
probable que se sienta mejor. Mantenga su cerebro activo a través del
aprendizaje, como por ejemplo armar rompecabezas, hacer crucigramas o jugar a
las cartas.
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