Reconociendo que el deseo de amar y de ser correspondido es inherente al ser humano en cualquier momento de la vida, la etapa de la vejez no queda al margen de esta condición humana. Sin embargo, es evidente que el amor en la vejez es más tranquilo, reflexivo, lejos de la pasión de la juventud, y que con mucha frecuencia se convierte en compañía.
Cualquier persona puede vivir su última etapa de vida gracias al valor que aporta el amor, cultivar el amor en la tercera edad es un verdadero regalo, puesto que no existe mayor medicina para vivir feliz que la ilusión que aporta un corazón correspondido.
Es evidente que los adultos mayores han tenido más tiempo y oportunidades que los jóvenes para aprender a amar de verdad. Han aprendido a compartir también la enfermedad, los achaques, las despedidas de los hijos, la muerte de amigos, en fin, su paulatina disminución de actividad e incluso de fuerza, para apoyarse logrando una comunión total. Es así como el amor otorga al adulto mayor un sentido trascendente de la vida.
Fuente: http://www.guioteca.com/adulto-mayor/%C2%BFcomo-es-el-amor-en-la-vejez/
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